27.9.15

LA ÓPERA DE TEL-AVIV

A lo largo de los años, la ONCE ha editado colecciones con motivos internacionales en escasas ocasiones, algo que se está haciendo casi imposible de ver en los últimos años, en los que asuntos más "nacionales" han ido acaparando el protagonismo de los cupones.

En 1996 se editó una curiosa colección de Templos de la Ópera del mundo, colección que, a mis 11 años, no vi con buenos ojos, ya que venía a sustituir la emblemática colección de 101 Dálmatas que ocupó buena parte del verano de aquel año.
Sin embargo, con el paso del tiempo, y tras haber conocido personalmente algunos de los edificios que esta colección muestra, ahora resulta mucho más interesante.


Este cupón en concreto es el último de la colección, y con él me viene un recuerdo que no podría devolver a mi cabeza si no es observándolo. Uno de esos recuerdos irrelevantes pero que no por ello va a dejar de darle al cupón coleccionado menos importancia que otros, ya que un recuerdo de tu propia infancia, por muy superficial que sea, lo considero un tesoro.
Este cupón lo conseguí de manos de uno de esos amigos con los que pasaba la tarde en la calle como cualquier niño criado en los 80 o 90. Su abuela, entonces vecina mía, había regentado durante muchos años un pequeño comercio de "ultramarinos", una de esas tiendas en las que se vendía de todo, y aquella mujer, Vallita, tal como la conocían en el barrio, había sido muy aficionada al cupón diario, y si acababa en 4 -número por el que ella y su marido sentía especial predilección- mejor, y los cupones que no salían premiados, los iba guardando en una especie de caja que ella denominaba barqueta.

Ante tanto excedente de cupones, su nieto -mi amigo- los recibió como regalo, y, al haberse aficionado al coleccionismo orientado en cierto modo por mí, a veces los intercambiábamos. Entre ellos estaba este, al que recuerdo bien colocado en el escalón del patio de la vivienda particular de su abuela, donde solíamos jugar al fútbol.


En la imagen anterior se puede apreciar el edificio desde la misma perspectiva que se presenta en el cupón. Se trata del más importante edificio israelí dedicado a la ópera y otras artes escénicas.

2 comentarios:

  1. Me encanta como redactas tus publicaciones porque ha veces no sólo cuentas la historia del cupón si no que además nos ofreces tu parte más privada, contándonos recuerdos como el que has mencionado de cómo conseguiste el cupón. Eso le da personalidad y buen gusto a este blog. Porcierto a mí esta serie de cupones siempre me pareció fea pero puede ser que sea porque nunca le preste la atención debida. Ahora que veo que son de templos de la ópera resultan más interesantes aunque sigo pensando que el diseño no fue el más acertado posible. Enhorabuena por el trabajo y sigue así. Un abrazo

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  2. Muchas gracias de nuevo, Manolo! Me alegra que te guste! A ver si hay suerte y llega a más gente. Seguro que hay a quien le interese.
    Coincido contigo con lo del diseño de esa colección en concreto,aunque bueno, no deja de ser una colección peculiar. Un abrazo.

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