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21.5.17

TAXUS BACCATA: EL TEJO Y SU FRUTO


En 1993 se vendió un cupón dedicado al tejo, ejemplar perteneciente a la colección de Flora Silvestre Ibérica (muy completa, por cierto). Con un diseño poco común aún en 1993 (los cupones fotográficos, aunque empezaron a verse en 1986, no eran muchos en el primer lustro de la década de los 90), se mostraba el fruto carnoso (y muy venenoso tal como explica el propio cupón) de esta planta, la cual da nombre a la especie.
Los romanos llamaron Taxus al tejo por la disposición de las hojas en forma de hilera (taxis=hilera en latín). Lo de Baccata viene por el arilo rojo (bacca=baya), que envuelve la semilla, muy similar a una baya.
El tejo puede alcanzar una altura considerable, de hasta unos 20 metros, aunque lo normal es que no sobrepase una altura de más de 2 a pesar de lo tupida que suele ser su copa y la resistencia que suele presentar su madera.
Es una especie de montaña (en áreas de más de 2000 metros de altura sobre todo en el sur peninsular) y de zonas frescas, y su población se ha visto seriamente mermada en nuestro país, donde se ha visto reducida y se presenta de forma bastante aislada. Es por ello que está protegido por las legislaciones de España, Portugal y Andorra.
Además, se encuentra en buena parte de Europa central y norte, oeste de Asia y norte de África.

La razón de la toxicidad de su fruto se debe a la taxina, un alcaloide que actúa sobre el sistema nervioso dando lugar a convulsiones, hipotensión, depresión cardíaca, y finalmente la muerte, quizás por ello, en algunos lugares, se le ha considerado sagrados, enigmáticos o relacionados con la muerte.


Como anécdota, cabe decir que Cativolco, rey de los Eburones, se suicidó con zumo de tejo antes de caer en manos de Julio César.
Últimamente, según cuentan, se han encontrado en este fruto propiedades anticancerígenas, llegándose a sintetizar un principio activo llamado taxol, usado para la lucha contra ciertos tumores.
Hileras de antiquísimos tejos, podados formando raros dibujos, lo ceñían todo alrededor. […] He dicho ya que el jardín se hallaba todo él rodeado de un adorno de tejos».
‘El Valle del Terror. La tragedia de Birlstone’, Arthur Conan Doyle

20.8.16

LA MÍTICA BOTELLA DE CRISTAL DE LA CASERA


El 30 de abril de 1993, la ONCE dedicó su cupón a la popular compañía de gaseosas La Casera en sorteo del cuponazo del viernes, o mejor dicho, a la botella de cristal que la hizo famosa dentro de nuestras fronteras. Recuerdo a la perfección haberla tenido sobre la mesa a la hora del almuerzo a finales de los 80, razón por la que tenía que concederle un rinconcito especial en este blog.
La Casera nació el 31 de mayo de 1949, tal como indica el propio cupón, como fruto de la asociación de tres hermanos: Francisco, Víctor y Félix Duffo González, cuyo padre, Francisco Duffo Doix, ya se había dedicado al mundo de los refrescos antes de la Guerra Civil. La primera producción apareció en el mercado tras el conflicto desde la calle Cactus de Madrid.

Francisco Duffo Foix era de origen francés, donde trabajó como agente de importación y exportación de productos ingleses. Como tal estuvo afincado en Argentina y París. Después recaló en San Sebastián, y finalmente en Barcelona, donde decidió instalar una fábrica de bebidas carbónicas en 1923: Espumosos El Rayo, una de las primeras compañías en embotellar para CocaCola, cuya publicidad aseguraba vender en la ciudad condal en más de mil establecimientos. El Rayo fabricaba los refrescos Samsón y Ginger-Ale. En 1929 solicitó el registro de la marca Orange Rayo, que le fue concedido en 1930.
Una vez pasada la Guerra Civil, fueron sus hijos los que hicieron cargo del negocio, y parece ser que fue Félix, que era el que poseía una gran visión empresarial, el que tuvo la idea de crear una gaseosa que pudiera ser vendida masivamente por todo el país. En la aventura le acompañaron sus hermanos: Francisco, poseedor de una buena experiencia comercial, y Víctor, licenciado en química, quien atendió la calidad del concentrado de la gaseosa. Félix poseía el 50% del capital, mientras que el resto estaba repartido a partes iguales por los otros dos hermanos. Los Duffo tuvieron una gran incidencia en el ramo de las bebidas, siendo marcas de la familia, además de las citadas, Jumate, Kiola, y la popular en los años 50 Orange Iris.

Anuncio clásico de La Casera
Para cumplir el objetivo de extenderse por toda España, se llevaron a cabo diferentes estrategias de márketing. Por razones de transporte, optaron por establecer una fábrica en cada provincia, pero lo llevaron a cabo por distintas vías. Así, constituyeron una sociedad anónima con los mismos propietarios de la marca para cada fábrica nueva que se instalaba, de las que se llegaron a tener 25. En otros casos se asociaron con industriales del ramo en distintas sociedades, reconvirtiendo las instalaciones de las fábricas ya existentes. En total llegaron a funcionar 53 fábricas para la elaborción y embotellado de las bebidas refrescantes de la marca. Al mismo tiempo, se aprovechó la infraestructura para fabricar y embotellar los productos de la marca Schweppes, dándose la particularidad de que los Duffo poseía el 100% de la filial en los primeros años de penetración de esta marca en el mercado español. Esta compleja estructura se modificó a partir de 1986, de forma que 12 sociedades de capital propio quedaron fusionadas bajo denominación de La Casera S.A. ayudando a que gozara de su máximo apogeo. El resto desaparecieron.

Al primer producto, la gaseosa, embotellada en envase de cristal de un litro con tapón mecánico (ver ilustración del cupón), le acompañaron hacia 1967 La Casera Limón y La Casera Naranja. Dos décadas más tarde apareció La Casera Cola, primera cola sin cafeína de España. Se utilizó para ello envases de plástico PET, vidrio no retornable y latas, fabricadas en las factorías de Toledo y Córdoba. Por primera vez en España, una empresa de este género integrabaen su estructura la producción de las botellas. En los 90, otros sabores como lima o manzana se añadieron al catálogo para desaparecer poco después. El tinro de verano y la sangría fueron los últimos éxitos de esta marca.



Desgraciadamente, la botella clásica, que en un principio tenía marcada en relieve su marca, desapareción hace tiempo, sustituida por una amplia variedad de formatos en envases no retornables, aunque en 1999 salió al mercado una edición conmemorativa serigrafiada de la que se fabricaron más de un millón de botellas.

Fuente: sifonesantiguos.blogspot.com

1.4.16

GALÁPAGO LEPROSO


De nombre científico Mauremys Leprosa, tal como indica el propio cupón del 1 de julio de 1993, es una especie de galápago autóctona de la Península Ibérica y norte de África, muy común, sobre todo, en Andalucía. Vive en masas de agua dulce como lagos, ríos o pantanos.

De forma peculiar, se trata de una tortuga considerada enminentemente carnívora, siendo las ranas, tritones, caracoles, gusanos, pequeños peces, sanguijuelas y pequeños insectos y crustáceos los integrantes de su minuta particular, aunque puede alimentarse, ocasionalmente, de plantas blandas.
Pasa la mayor parte del tiempo bajo el agua, saliendo alguna vez tomar el sol -al tratarse de una especie de sangre fría, los descansos al sol son cruciales- o a inspeccionar el terreno.

Mauremys leprosa range Map.png
Área de distribución del galápago leproso
Su caparazón es de un tono verdoso pardo o marrón, y su plastrón -estructura plana que conforma la parte del vientre de las tortugas- es amarillo con ocasionales manchas negras. Algunos ejemplares también presentan unas líneas amarillas o naranjas en el cuello.

El calificativo de leproso se debe a que los primeros ejemplares examinados, en 1812, eran viejos, y presentaban suturas infectadas en los caparazones que hicieron recordar a los efectos de la lepra. Y es que el aspecto de estar tortugas suele parecer desgastado o sucio, reforzándose así este calificativo. Algunos ejemplares jóvenes suelen tener manchas rojizas que recuerdan a ulceraciones.



31.1.16

¿UN ZIPPO EN EL CUPÓN?


Es curioso cómo aquel 28 de mayo de 1993, en el marco de la colección que la ONCE editó durante los viernes de aquel año, un objeto de culto para muchos coleccionistas como son los famosísimos mecheros Zippo, ocupó la imagen del cupón, y es que, lejos de lo que supone el coleccionismo de la ONCE propiamente dicho, aquel se convirtió de inmediato en objeto de deseo para muchos amantes del Zippo de España.

Estos encendedores empezaron a comercializar, allá por 1933, y en Estados Unidos, por la Zippo Manufacturing Company, regentado por George G. Blaisdell -cuyo nombre también aparece en el cupón- y desde entonces se convirtieron en objetos de culto para coleccionistas de todo el mundo.
Su diseño, rectangular, y con su característica tapa abisagrada, ganó gran popularidad por su fácil manejo y por ser capaz de resguardar la llama del viento. De igual manera, esta tapa le permite al usuario un fácil apagado.


El coleccionismo de Zippos no es considerada una actividad cara, aunque hay piezas que rondan los 85 dólares estadounidenses, si bien, el mayor precio pagado por uno de ellos es de 37.000 dólares en una feria de pujas. El objeto en cuestión era una pieza fabricada en 1933, primer año de vida de la compañía de Blaisdell. No hay otorgado ningún reconocimiento Guinness a la colección más grande, aunque se habla de que un tal Francis van Herle cuenta con más de 58000 encendedores en su colección.


George Blaidell posa con uno de sus Zippos


No dejes de visitar la web de World of Zippohttp://www.worldofzippo.com/

(DEDICADO A MI AMIGO CONQUENSE PEDRO VILLAESCUSA, COLECCIONISTA DE ZIPPOS Y CUPONES DE LA ONCE)

15.1.16

ONCE, SEIS PUNTOS

He aquí uno de los pocos juegos de mesa homenajeados por la ONCE. Aunque en una ocasión posterior a 1993, fecha en la que sale a la luz, esta organización dedica una colección expresamente al juego de mesa, fue solo en esta ocasión cuando se nombra una marca registrada.
Hablo del Scrabble, llamado originalmente Lexiko, creado, aunque pudiera parecer más joven, nada más y nada menos que en 1938 por el arquitecto estadounidense Alfred Mosher Butts, quien había fallecido, casualmente, solo cuatro meses antes de que este cupón viera la luz el 20 de agosto de 1993.

Este cupón forma parte de la colección del viernes de aquel año, dedicada a inventos que habían sido patentados a lo largo del siglo XX. A principios del XXI, la ONCE edita una colección similar, aunque en aquella ocasión, no eran fotografías reales las que se exponían en los cupones. A esta se le añade un diseño propio de principios de los 90, haciéndola un poco más retro hoy día.

Aunque de sobra es conocido, este juego consiste en intentar conseguir el mayor número de puntos posible mediante la construcción de palabras sobre un tablero de 15x15 casillas, pudiendo ser estas horizontales o verticales, pudiéndose cruzar siempre que aparezcan en un diccionario estándar. La puntuación varía según el número de letras que posea la palabra jugada, y su grado de frecuencia de estas en el idioma en que se juegue.


Alfred Mosher Butts, creador del Scrabble

25.12.15

NAVIDAD '93-94

Aquella navidad, la de 1993, se puso a la venta una colección navideña muy acertada, algo diferente a la de 1992, pues era una colección que, a diferencia de la del año anterior, con nombre: "Belenes", de 16 ejemplares (7 de diciembre de 1993-5 de enero de 1994). En ella se muestran imágenes o ilustraciones de diferentes representaciones de los belenes, desde pasajes bíblicos, como el momento en el que Herodes manda buscar y matar a los niños menores de dos años (cupones del 21 y 28 de diciembre -día de los Santos Inocentes-) hasta figuras representativas de acciones cotidianas, como cantareros o pastores.
Fue una colección acertada, de gran vistosidad para los coleccionistas, especialmente para los que entonces éramos unos niños.
Para entonces aún no me había dado por coleccionar cupones de la ONCE, pero sí que me hicieron ilusión recibir los que un antiguo compañero de clase que había desistido de coleccionarlos me regaló. Durante un tiempo, el del miércoles 22 de diciembre de 1993 fue el cupón más antiguo de todos los que tenía. Aquel cupón lo guardo con especial cariño; lo utilicé en la confección de un christmas de navidad para la asignatura de Religión.
A continuación, todos los cupones de esta colección (pinchar en las imágenes para verlos con mayores dimensiones).










28.10.15

MANTIS PALO (EMPUSA PENNATA)


Muchos son los cupones que la ONCE ha dedicado a la fauna ibérica (colecciones de 1988, de 1993, de 2000...), muy buenas todas ellas.
Cuando este cupón, el del 2 de agosto de 1993 vio la luz (perteneciente a la primera colección de este tipo en la que se utilizaron imágenes reales), yo ni siquiera los coleccionaba aún. Lo aportó a mi colección un amigo, de esos de la infancia, que con el paso del tiempo acabas preguntándote qué ha sido de su vida, si bien, este cupón supone un buen recuerdo de él. Se trata de un cupón protagonizado por un animal extraño, un tipo de esos que aquí llamamos comúnmente "bicho palo", o, como en este caso, "la mantis palo", la Empusa Pennata, conocida en otros lares como la "conehead mantis", es decir, la mantis cabeza de cono, y es que se caracteriza por una peculiar protuberancia de forma cónica que sobresale en su cabeza, lo que la diferencia de otros insectos de estas características, y sí, la tenemos en la Península Ibérica, de hecho, es endémica de la zona de clima mediterráneo de Europa (España, Portugal, Francia e Italia) y África (Marruecos, Argelia...). Un bicho muy peculiar esta mantis palo.