Es curioso cómo aquel 28 de mayo de 1993, en el marco de la colección que la ONCE editó durante los viernes de aquel año, un objeto de culto para muchos coleccionistas como son los famosísimos mecheros Zippo, ocupó la imagen del cupón, y es que, lejos de lo que supone el coleccionismo de la ONCE propiamente dicho, aquel se convirtió de inmediato en objeto de deseo para muchos amantes del Zippo de España.
Estos encendedores empezaron a comercializar, allá por 1933, y en Estados Unidos, por la Zippo Manufacturing Company, regentado por George G. Blaisdell -cuyo nombre también aparece en el cupón- y desde entonces se convirtieron en objetos de culto para coleccionistas de todo el mundo.
Su diseño, rectangular, y con su característica tapa abisagrada, ganó gran popularidad por su fácil manejo y por ser capaz de resguardar la llama del viento. De igual manera, esta tapa le permite al usuario un fácil apagado.
El coleccionismo de Zippos no es considerada una actividad cara, aunque hay piezas que rondan los 85 dólares estadounidenses, si bien, el mayor precio pagado por uno de ellos es de 37.000 dólares en una feria de pujas. El objeto en cuestión era una pieza fabricada en 1933, primer año de vida de la compañía de Blaisdell. No hay otorgado ningún reconocimiento Guinness a la colección más grande, aunque se habla de que un tal Francis van Herle cuenta con más de 58000 encendedores en su colección.
George Blaidell posa con uno de sus Zippos
(DEDICADO A MI AMIGO CONQUENSE PEDRO VILLAESCUSA, COLECCIONISTA DE ZIPPOS Y CUPONES DE LA ONCE)
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