Aunque en la actualidad, los sorteos extraordinarios son algo bastante común (sorteos especiales del Día de la Madre, del Padre, del verano, el 11/11, etc.), no lo era hace pocos años. Menos aún en los primeros años desde la liberización del sector del juego en 1977 y despenalización de 1983.
En plena Transición Española, la ONCE pasaba por un periodo de dificultades que arrastraba desde la década de los 70, por lo que la organización se vio obligada a intentar allegar nuevos recursos para, sobre todo, capitalizar su Caja de Provisión Social. Por ello se celebró el 13 de diciembre de 1981, coincidiendo con la onomástica de Santa Lucía, el primer sorteo extraordinario. Fue asimismo el primer sorteo común para todas las delegaciones del país, que por aquel entonces, cada una llevaba a cabo su propio sorteo.
El cupón tenía un precio de 100 pesetas, y los premios oscilaban entre las 25.000 pesetas como premio a las tres cifras, y 2.500 pesetas a las dos últimas cifras. De igual manera, existía unos premios mayores, otorgados a las tres cifras más serie (se extrajeron varias series en el sorteo). La cuantía de todos ellos era de 5 millones, 2,5 millones, 1 millón de pesetas, 500.000 y 100.000 pesetaas.
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