La tradición más difundida cuenta que eran tres y que venían de Oriente, aunque, en algún momento, otras han afirmado que eran cuatro, siete y hasta doce.
Conducidos por la conocida como estrella de Belén, ofrecieron a Jesús oro en representación de su naturaleza real, incienso como representación de su naturaleza divina, y mirra, un compuesto embalsamador para los difuntos, en representación de María.
Antes de llegar a Belén, según la Biblia, los reyes encontraron al rey Herodes el Grande en Jerusalén, quien astutamente les conminó a que, a su regreso, hablaran con él para darle el lugar exacto en el que se hallaba el niño, y así poder ir él también a adorarle. En realidad, lo que quería era darle muerte. Un ángel se les apareció y advirtió del peligro que corría Jesús si ellos obedecían el deseo del rey, por lo que a su vuelta tomaron un camino diferente.
Han sido varias las veces que la ONCE ha plasmado en el cupón a los Reyes Magos en fechas navideñas, creando con ello cupones tan entrañables como la propia festividad. En 1995, uno de mis cupones favoritos durante mi infancia, salió a la venta el de la siguiente imagen, en el que aparecen Melchor, Gaspar y Baltasar con un marcado aspecto caricaturesco portando sus ofrendas.
Tres años después, un cupón parecido en el que aparecen los tres reyes a modo de dibujo se puso en venta el 7 de enero. Recuerdo perfectamente cuando lo conseguí de manos de mi abuelo. Mi abuela ya me había vaticinado antes sobre la donosura del cupón, el cual le había despertado gran simpatía.
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