5.11.17

DE PASEO POR LAUDIO/LLODIO, LA 2ª CIUDAD DE ÁLAVA

Casa Ugarte. Llodio (Álava). Años 40 del siglo XX
Bandera de Llodio

Perteneciente al partido judicial de Amurrio, la ciudad de Llodio (Laudio en Euskera), cuenta con algo más de 1000 años de historia constatados. Le dedicamos hoy esta entrada:
Esta localidad surge de la unión de cuatro pequeños barrios -Larra, Goienuri, Larrazábal y Olarte- en una entidad administrativa denominada Valle, en alusión a la comarca en la que se asentaban, cuyo señorío estuvo encabezado desde entonces y hasta el siglo XIX por los llamados familiares del Señor de Bizkaia: los Mendoza, Leonor de Guzmán y por último la estirpe de los Aiala. Durante estos nueve siglos, tiempo en que el feudalismo pasa totalmente a la historia, el valle se regía por las leyes del Fuero de Bizkaia. Esto se vio reflejado en Llodio, ciudad pequeña por aquel entonces (no es hasta mediados del siglo XX cuando se produce en ella un boom demográfico que perdura hoy día), cuyos habitantes se dedicaban eminentemente a oficios ganaderos, aunque también por nobles, lo que le valen unas condiciones de privilegio en aspectos fiscales y penales.
A finales del siglo XV, tras unos pleitos fundamentados en la disputa de Álava y Vizcaya por su posesión, la primera la integra en su territorio, siendo actualmente, tras la capital, la segunda población del territorio histórico alavés.

En su situación, a medio camino entre Vitoria y Bilbao, radica su importancia empresarial y económica en la actualidad, si bien su patrimonio histórico y paisajístico la hacen única en la provincia de Álava. Varias son sus ermitas e iglesias, lo cual le vale para que en ella se desarrollen eventos y fiestas de relevancia en todo el País Vasco (destacan la feria de San Blas, en febrero; la onomástica de Santa Águeda, o la de San Prudencio -festejada con tamborrada y concurso de caracoles-).
En el cupón del 31 de octubre de 1997 aparece una fotografía de una de sus edificaciones históricas más representativas: la Casa-Torre Ugarte, única en pie de lo que fue su fortín, que consta de cuatro plantas y unos doce metros de altura. Posee dos cuerpos adosados, de los que uno es conocido como El Palacio. La torre fue levantada por Manuel Ugarte y Orue en 1718, y su componente principal es la mampostería. Destacan las figuras talladas en las esquinas del alero, así como el escudo de los Ugarte sobre la puerta.


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