EL DRAGO MILENARIO

Cuenta la leyenda que los dragones, al morir, se convertían en dragos. Este fósil viviente es, con todo merecimiento, uno de los símbolos de las islas Canarias y, probablemente, el mayor tesoro de la flora española.

Viendo la curiosísima forma del drago, no es de extrañar que fuese considerado por los antiguos habitantes de las Canarias, los guanches, un árbol divino. Hasta hace poco se consideraba al dracaena draco, endémico de Madeira (Portugal), Canarias y el archipiélago africano de Cabo Verde, sin embargo, se han encontrado poblaciones salvajes en Marruecos.

En las islas Canarias hay varios dragos impresionantes. El mismísimo explorador y naturalista Alexander von Humboldt se interesó a finales del siglo XVIII por el ejemplar que se erigía en los jardines de Franchv (La Orotava), un gigante de 25 metros de altura y 23 de perímetro que desgraciadamente fue derribado por el viento en 1867. En la actualidad, el mayor y más famoso se encuentra en Icod de los Vinos, isla de Tenerife. Mide 17 metros de alto y 20 de perímetro en la base. El peso de esta mole ronda las 150 toneladas sin contar las raíces. La edad de este drago ha sido muy discutida y se ha llegado a afirmar que podía tener más de cinco milenio, sin embargo, estimaciones recientes creen que su edad no pasa de los 800-1000 años.

En 1985 se procedió a un profundo saneamiento y se instaló en el interior del tronco un ventilados para facilitar la circulación del aire y evitar la proliferación de hongos. En 1993, el Ayuntamiento de Icod de los Vinos desvió la carretera que pasaba a pocos metros del drago y, por fortuna, en la actualidad, este símbolo vegetal de las Canarias no corre peligro.

El llamado Drago Milenario ha sido varias veces retratado en el cupón de la ONCE. La primera, el 3 de septiembre de 1986, para la colección de Monumentos de España (si bien esta colección carecía de nombre oficial). El cupón en cuestión costaba 50 pesetas, y aún contaba solamente con cuatro cifras. (véase la imagen al principio de la entrada).

La segunda ocasión, con motivo del 500 aniversario de la fundación de Santa Cruz de Tenerife, en cupón conmemorativo del lunes 5 de diciembre de 1994. La vistosidad de este cupón lo hace único, y, a buen seguro, uno de los más bonitos de aquel año. 

En 2003 tuve la oportunidad de conocer in situ este árbol. Me hizo especial ilusión poder observar de cerca este drago, al que conocía gracias al cupón:

Como curiosidad, en 1999, el drago apareció de nuevo, aunque en aquella ocasión como fondo de los Gigantes de Icod de los Vinos, en la colección Gigantes de España, pero de ellos hablaremos en otra ocasión.

Imagen del drago milenario, Icod de los Vinos

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