23.12.15

EL SILBO GOMERO. EL LENGUAJE MÁS PECULIAR DE ESPAÑA.

De sobra son conocidas, gracias sobre todo a la televisión y a las películas llegadas de Norteamérica, algunas de las formas de comunicación más ancestrales, como las señales de humo, o las señales producidas por cristales o espejos que se realizaban en la Península Ibérica, entre castillo y castillo, en épocas de dominio musulmán y la Reconquista, pero ninguna de estas formas de comunicación es tan peculiar como el Silbo Gomero, lenguaje digno de admiración, con origen en La Gomera, mucho antes de su adhesión a España, utilizado por los habitantes de esta isla para comunicarse a través de los muchos barrancos que caracterizan el terreno volcánico de Canarias.


Fue creado por los aborígenes canarios, los llamados guanches, los primeros habitantes de La Gomera, llegando a extenderse a El Hierro, Tenerife y Gran Canaria. Los últimos guanches, en el siglo XVI, lo adaptaron al idioma español al quedar relegado al olvido el idioma propio de los guanches canarios. Según los expertos emplea 6 sonidos diferentes, estableciéndose dos de ellos para vocales, y el resto para consonantes, pudiendo expresar hasta unos 4000 vocablos diferentes. Su adaptación al español -dicen- fue posible a la similitud de los fonemas de la lengua española con los de la lengua empleada por los guanches.

Debido al "peligro de extinción" que ponía en aprietos a esta peculiar forma de comunicación, a principios del siglo XXI, se han ido adoptando medidas para su no desaparición, como la inclusión de su aprendizaje en la escuela en Canarias, o su candidatura a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, cuyo reconocimiento se produjo en 2011, editándose por ello, un cupón conmemorativo que se vendió el día 11 de octubre de 2011.


Fotografía representada en el cupón del 11 de octubre de 2011

El Silbo Gomero en Comando Actualidad

Tampoco podemos olvidarnos del cupón que la ONCE editó para la venta del 28 de junio de 2001. Aquella fue la primera vez que aparecía un silbo en el cupón. En aquella ocasión, su publicación se produjo para la sección de "Huella humana" en el Parque Nacional de Garajonay (La Gomera), dentro de la excelente colección "Parques Nacionales". Cuenta con su entrada propia en este blog.

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